J.M.de Prada: El periodismo da una imagen distorsionada de la realidad

Habla pausado. Concentra su mirada en ese punto fijo en algún lugar del espacio de donde parece sacar las ideas, todas cuidadosamente hiladas, sin que nada se le escape. Ni siquiera una sonrisa o una duda. Con una actitud hermética, con un movimiento de manos lento, sin aspavientos, va analizando la vocación periodística y literaria: «porque es una vocación, si no, tal como estamos, no tendría sentido», dice.

El escritor Juan Manuel de Prada entró en ABC hace quince años, cuando Luis María Anson, entonces director de este periódico, quedó fascinado tras leer su primera obra, «Coños», prosa lírica en homenaje a «Senos» de Gómez de la Serna. Desde ésta, su casa, se dedicó ayer a dialogar sobre periodismo y literatura, sus dos fervientes pasiones. 
«El periodismo da una imagen distorsionada de la realidad», sentencia dándole luz verde a un escepticismo del que hará gala durante todo su discurso: «Crea una realidad paralela que no existe».
Es por eso que cree que a esta profesión —«precaria, mal pagada, de proletariados sin prole»— sólo se dedican aquellos con una gran vocación: «Nos esperan años difíciles, aunque apasionantes».
Como a sus colegas, le preocupa el futuro del oficio, aunque cree que «los derechos de autor son una ficción jurídica» que sólo pretenden «impedir la trasmisión cultural». A lo que añade que: «Todo intento de coartarla va contra la naturaleza humana». 

Exceso de individualismo
Critica la autocensura que se impone el propio periodista cuando sabe que «los lectores esperan encontrar en el periódico algo concorde a sus propias convicciones». Señala el «exceso de individualismo» como uno de los problemas de esta sociedad, y marca «lo religioso como elemento genético humano». 
De Prada acaba su discurso como lo inicia, con contención, como quien desabrocha los botones que le conducen a un placer que ansía pero que teme, como quien colorea sin salirse jamás de los bordes.