Capital cultural europea: las 16 ciudades de 2016

Hay quienes optan por implicar a todos los vecinos a través de un juego de rol en el que 27 grupos adopten el papel de los 27 países de la Unión Europea. Otros prefieren promover la cultura abriendo un balcón —en sentido literal— en el que celebrar conciertos hacia la calle, o impulsar festivales de cortometrajes o de vídeo-arte. Con unas u otras propuestas, cada una de las 16 ciudades que se presentan candidatas a capital cultural europea pone toda su carne en el asador por alzarse con el preciado reconocimiento. Magia, conciertos, cuentacuentos, fotos colectivas, convenios... y un sinfín de actividades que demuestren que suman el suficiente apoyo ciudadano para convertirse en el lugar clave del 2016.

«El objetivo es que Europa esté en la vida cotidiana de una ciudad, que forme parte de sus vidas. Por eso, la elegida se hermanará con otras ciudades y recibirá ayudas comunitarias para realizar actividades culturales. Durante un año, estará en el centro de lo que es la actividad cultural europea», explica el director de la representación en España de la Comisión Europea, Francisco Fonseca. Y añade: «A la hora de evaluar las 16 ciudades, deben presentar unos requisitos en infraestructuras, compromisos... pero lo primero es que cuenten con el respaldo de la gente». Por eso, a la hora de elaborar sus programas, las ciudades buscan el mayor número de simpatizantes. Desde políticos o personas del espectáculo —Norman Foster, Rosa María Calaf, Víctor Ullate, Concha Cuetos, Juan Luis Galiardo, Antonio Banderas, Verónica Forqué, Plácido Domingo...— hasta gente anónima de cada ciudad.
Málaga y Córdoba son las dos alternativas andaluzas. La primera presume de mar; la segunda, de multiculturalidad. Juan López Cohard, presidente de la Fundación Málaga Ciudad Cultural, señala tres principales fortalezas en su candidatura: lo bien comunicada que está, su red de equipamientos culturales, y su carácter cosmopolita, con una historia marcada por su interrelación con otras culturas, «como demuestran las 140 nacionalidades que conviven en Málaga». Ese carácter multicultural es el que también destaca su competidora andaluza. La gerente de la Fundación Córdoba 2016, Carlota Álvarez Basso, asegura que su candidata es una «ciudad milenaria que apuesta por una renovación basada en las industrias culturales», y que, por ello, «los europeos merecen vivir la experiencia».

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