'Kosher' o lo que es correcto

Según la Torá, solo podemos comer los pescados que tengan espinas y aletas”, cuenta José Amar Obadía, encargado de ‘Happy Kosher’, la única tienda de comida judía que hay en Ceuta. “Pero además, la Torá especifica: ‘Todos los peces que tienen escamas, tienen aletas’. Que en la Torá ya aparezca escrita esta ley natural antes de que hubiese biólogos, demuestra el origen divino de nuestro libro sagrado”, añade. 
Es una de las premisas que la religión judía dicta a sus fieles. ‘Casher’, del hebreo, o también conocido como ‘kósher’, significa ‘correcto’, y es aquello que cumple los preceptos, según se recoge en el Levítico 11, de lo que los hebreos pueden o no comer.


“Por eso, en nuestro negocio, tanto la comida como la bebida tienen la etiqueta ‘casher’, añade Amar, “así nos aseguramos de que unas galletas no tengan manteca de cerdo o que una sopa no lleve colorante animal”.



En Ceuta, con una comunidad israelita que ronda los setecientos fieles, solo ‘Happy Kosher’, en la calle 
Salud Tejero, comercializa alimentos entre esta comunidad. Antes de su apertura, hace seis años, tenían que desplazarse para comprar a Málaga o a Marruecos. Ahora, la mayor parte de los productos proceden de Israel o Francia, lo que encarece los costes.


En cuanto a carnes, también se establecen restricciones. Solo se pueden comer los animales que tengan las pezuñas partidas en dos y sean rumiantes. Por ejemplo, son ‘casher’ los vacunos y los ovinos, pero están prohibidos, son ‘taref’, los porcinos, los conejos o los caballos. Además, entre los animales permitidos hay que seguir un procedimiento específico a la hora de prepararlos: los pulmones y el cerebro no pueden tener tumores, el animal debe ser sacrificado por un matarife apto, se le deben apartar las venas y, tras deshuesarlo, debe estar media hora en agua y una hora en sal, y luego enjuagarlo tres veces.

Otros productos están señalados con la tarjeta ‘Parve’. Significa que no tienen leche. “Porque si queremos tomar leche o derivados después de haber comido carne, tienen que haber pasado, al menos, seis horas”, explica Amar. 

Lee el artículo completo en El Pueblo de Ceuta