Foto: Ceutaldía |
La rúbrica, requisito
imprescindible para recibir los 30.000 euros del bolsillo de los
contribuyentes. Pero no, no era un premio como literato, sino por su
"papel" en pro de la convivencia... ¿Y cuál ha sido ese papel? Ni
siquiera él supo responder a esa pregunta:
Vargas Llosa, "perplejo", al recibir el Premio Convivencia: "No sé por qué me lo han dado"
Foto: Fidel Raso |
“Ayer se me acercó una periodista y me preguntó, de una manera un poco abrupta, ‘¿Por qué le han dado a usted el premio de la convivencia?’ Y no alcancé a decirle, pero pensé: ‘Señorita, su perplejidad es la mía’. No sé por qué me lo han dado”.
El escritor Mario Vargas Llosa recibió ayer en el Auditorio del Revellín el Premio Convivencia, en su XIV edición, y en su discurso aludió a la pregunta realizada por EL PUEBLO, que tal como publicaba este medio en su edición de ayer, concretamente era: “Le van a dar un premio por la convivencia. En su opinión, ¿qué es lo que usted ha hecho por la convivencia? ¿Se ha planteado donar los 30.000 euros [con los que está dotado el galardón] a una ONG?”. Tal como el escritor reconocía ayer, a lo primero no supo qué contestar, así que optó por definir, a su modo de ver, qué es la convivencia. A lo segundo dijo que consideraba “prematuro” empezar a “pensar” qué hará con el dinero entregado por los ciudadanos ceutíes.
Por eso ayer, el Nobel de Literatura quiso contestar a lo que no había sabido responder el día anterior, y afirmó: “Quisiera creer que me lo han dado no sólo por la generosidad ceutí, de la que tengo tantas pruebas, sino porque, tal vez, y cuánto desearía que fuera así, la obra que llevo escrita, mis novelas y artículos, de alguna manera están impregnados de esa idea de convivir en la diversidad, una manifestación del progreso y de la civilización, y una manera de lucha contra la barbarie”.
“Y si no fuera así”, el escritor matizó que lo haría “a partir de ahora”, porque es “consciente de que este premio conlleva una responsabilidad”.
El escritor Mario Vargas Llosa recibió ayer en el Auditorio del Revellín el Premio Convivencia, en su XIV edición, y en su discurso aludió a la pregunta realizada por EL PUEBLO, que tal como publicaba este medio en su edición de ayer, concretamente era: “Le van a dar un premio por la convivencia. En su opinión, ¿qué es lo que usted ha hecho por la convivencia? ¿Se ha planteado donar los 30.000 euros [con los que está dotado el galardón] a una ONG?”. Tal como el escritor reconocía ayer, a lo primero no supo qué contestar, así que optó por definir, a su modo de ver, qué es la convivencia. A lo segundo dijo que consideraba “prematuro” empezar a “pensar” qué hará con el dinero entregado por los ciudadanos ceutíes.
Por eso ayer, el Nobel de Literatura quiso contestar a lo que no había sabido responder el día anterior, y afirmó: “Quisiera creer que me lo han dado no sólo por la generosidad ceutí, de la que tengo tantas pruebas, sino porque, tal vez, y cuánto desearía que fuera así, la obra que llevo escrita, mis novelas y artículos, de alguna manera están impregnados de esa idea de convivir en la diversidad, una manifestación del progreso y de la civilización, y una manera de lucha contra la barbarie”.
“Y si no fuera así”, el escritor matizó que lo haría “a partir de ahora”, porque es “consciente de que este premio conlleva una responsabilidad”.
Palabras de Vivas y Deu
Con la alocución de Vargas Llosa concluyó un acto que duró una hora y media y en el que, presentado por Susana Hevia, se proyectaron videos en los que latinoamericanos residentes en Ceuta felicitaron al escritor y en los que se recordaron “los hitos” que han marcado la existencia del escritor. Durante el acto, un grupo de bailarines realizó una danza popular típica peruana.
Además de Vargas Llosa, pronunciaron discursos la consejera de Educación, Cultura y Mujer, y presidenta de la Fundación Premio Convivencia, Mabel Deu, y el presidente de la Ciudad, Juan Vivas. El presidente, que defendió las “dotes de artista genial” del escritor, confesó ser: “Un fan más entre los millones que formamos el club”. La consejera tampoco contuvo los elogios y reconoció que para ella era “un gozo” comprobar “el extraordinario universo” que, en opinión de Deu, convierte a Vargas Llosa en “un ser de esos tan imprescindibles como para hacer de los mortales una estirpe única o más que eso, diferente”. “Una diferencia -continuó- que elevaría sin duda la condición humana de todas y todos cuantos compartimos vida en este planeta”. No era, decía la consejera, “adulación gratuita”.
Información publicada en El Pueblo de Ceuta