Caminos de tiza

Caminos de tiza
(1987, España) CINE
Dir. José Luis P. Tristán



A esta película de finales de los 80 llegué estas navidades persiguiendo el halo de una de sus actrices, Lydia Bosch, que en el filme apenas si tenía 24 años pero la misma ternura que desprende ahora a sus 50. Caminos de tiza narra la búsqueda de la hermana Mercedes, que al borde de la muerte decide echar la mirada atrás y descubrir en qué se convirtieron las tres alumnas (Bosch interpreta a una de ellas) que años atrás le dejaron una mayor huella. Una historia que a mí personalmente me interesa, la del maestro que deja su marca (de tiza) en el alumno. Otra visión de ese delicado equilibrio que, en otra línea totalmente distinta, pone también sobre las tablas estos días el dramaturgo Juan Mayorga con su El chico de la última fila. La influencia y el transcurrir de una vida en la que, aunque no queramos, el peso del pasado nos acompaña. 

La película, que probablemente murió con su tiempo y sin hacer ruido, no logra desprenderse de esa estética, anaranjada y un poco triste, de la época, a lo que ayuda ese talante melancólico de la historia. Sin embargo, la narración, su punto de partida, es intercambiable con el paso del tiempo, aunque adaptándolo necesariamente a la evolución de la educación. 
La enseñanza cristiana y sus consecuencias, los tabués, la represión homosexual y la doble moral flotan como contenidos aunque no terminan de desarrollarse... Temas supuestamente ya superados y que harían arcaica la película (aunque al ritmo que vamos, véase la suma Wert, Gallardón, Mato, es probable que Caminos de tiza adquiera contemporaneidad).