¿Cómo iba yo a saber que el 12 de septiembre de 1995 me
cambiaría la vida? ¿Cómo iba a saberlo si solo tenía once años recién
cumplidos? Ni siquiera recuerdo que hice aquel día, si fui al cole o aún no
habrían empezado las clases, antes empezábamos más tarde… Solo sé que hoy hace
veinte años.
El 12 de septiembre de 1995 se emitió el primer capítulo de
‘Médico de familia’, una serie que cambió el modo de hacer tele, que dio el
pistoletazo de salida a un tipo de ficción en España, y que durante cinco años
reunió a toda la familia alrededor de sus emisiones. Pero era una serie que, además, a mí me cambió la vida. Y no es literatura, es una realidad que llega
hasta mi momento vital actual. Hoy soy quien soy y estoy donde estoy porque vi
‘Médico de familia’.
Yo no solo seguí ‘Médico…’, yo pasé de la infancia a la
adolescencia obsesionada con esta serie, hallando en sus personajes a los
amigos que deseaba, y encontrando en sus escenas la realidad que me faltaba. Me
recuerdo contando las horas en el cole para que llegara un capítulo, recortando revistas, escribiendo de la serie y capítulos más tarde,
interpretando escenas con quien ya por entonces se convirtió en uno de mis
mejores amigos gracias entre otras cosas al amor compartido por esa serie. Años en los que nos aprendíamos los
guiones y nos escribíamos con otra niña de la otra punta de España a la que no
conocíamos pero a la que nos unía no solo esta serie, sino sobre todo, la
admiración profunda por una de las actrices.
Y ahí… Ahí sí que nos cambió la vida. Tía Alicia era la tía
que todos queríamos tener, y sus abrazos y confidencias con María eran los
abrazos y confidencias que en nuestros sueños de adolescentes todos teníamos
con ella. Yo descubrí a Lydia Bosch en Médico de familia, y sé que no fui la
única. Como a otros tantos actores y actrices de esa serie, fueron los papeles
de María, Chechu, Anita, Manolo, Juani, Gertru, Marcial, Irene, Alberto…. Y
tantos otros, los que les abrieron las puertas de ser quienes son hoy. También a ella, a Lydia, tía Alicia la marcó.
Lydia Bosch llevaba una década metida en la tele pero fue este personaje el papel que la subió al cielo, y sobre todo fue tía Alicia el personaje por la que muchos como yo empezamos a descubrirla. Había una escena en la que Alicia le contaba a Juani que igual debía de hacer caso a su madre y empezar a sentar la cabeza, que ya tenía 30 años… Y ya hace 20 años. Hoy tenemos treinta años las que quisimos tener a esa tía treintañera. Veinte años en los que no solo hemos podido descubrirla y redescubrirla en cada interpretación, adorarla y admirarla, sino tener la suerte de entender que tía Alicia era un personaje que tenía mucho de Lydia, y que ella es mucho más que Alicia, es una estrella que brilla aún más como persona que como actriz, y mira que es difícil. Lydia es luz, una luz que me ha acompañado durante veinte años, y me ha acompañado tanto sin ella saberlo, que se ha hecho parte de mí. Y no solo eso, como regalo a veinte años de admiración y cariño, me ha regalado estar donde estoy hoy, porque el amor cuando se comparte, aún crece más.