Inglaterra, Argentina, Brasil, Francia, Alemania… Son muchos los españoles que impulsados por la crisis económica que sufre Europa, y de manera más acuciante España, han hecho las maletas en los últimos años y han emigrado en busca de la oportunidad laboral que su país no les daba. No siempre el sueño ha tenido finales felices, pero en todo caso siempre ha sido necesario mucho esfuerzo y grandes dosis de adaptación.
Ana Mena, treintañera y sevillana, ha sido una de esas jóvenes españolas que optó por hacerse un hueco tomando un avión y marchándose a uno de los destinos más aclamados: Berlín.
Aunque los primeros años trabajó como camarera y dando clases de español, ella tenía claro su objetivo: hacerse un hueco en el mundo de la interpretación. Sabía que lo tendría difícil –“Al final siempre eres la ‘guiri’ en los casting por muy poco acento que tengas”, apunta Ana Mena–, pero en sus años en Sevilla ya había aprendido a compaginar trabajos y estudios. La actriz andaluza se licenció en Filología Alemana en la Universidad de Sevilla y en Arte Dramático por la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla.
Seis años después de iniciar su andadura alemana, solo trabaja en empleos que tienen relación con su profesión: da clases de teatro en dos colegios y una guardería, y ha montado su propia compañía de teatro, Fénix Teatro. Ha llegado el tiempo de hacer balance, y aunque reconoce que es difícil buscarse la vida en Berlín, no se plantea regresar a España.
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