Unas 40 tortugas mueren atrapadas en las redes de las almadrabas de Ceuta

Snoopy, a punto de empezar su nueva vida. Foto Gardeu

Unas cuarenta tortugas han muerto atrapadas en las redes de las almadrabas de Ceuta desde que el pasado mes de mayo se instalaron en la bahía sur tres de estos mecanismos para la captura del atún. Veterinarios y buzos, de manera voluntaria, bucean cerca de las redes vigilando que ninguna tortuga o cetáceo se quede atrapado, pero no siempre llegan a tiempo. Con ‘Snoopy’, una tortuga boba de unos cinco años, hubo suerte. Un vecino la encontró cerca de la playa y Cruz Roja alertó a los veterinarios Álvaro de los Ríos y Sonsoles Carretero. Durante una semana han estado curándole parásitos y alimentándola y ayer se embarcaron para soltarla en la bahía norte, confiando en que siga una buena corriente, lejos del peligro de la almadraba.

En la ‘travesía’, de la que fue testigo El Pueblo, viajaban también Francisco Marfil, los buzos del ‘Club Neptuno’ Rafael y Juan Carlos Rivas, y la perra Telma. Al no disponer de medios oficiales, es gracias a los medios de este club como se consigue la recuperación de estos animales, ya que ellos aportan tanto las instalaciones como el barco.
Pese al empeño, apenas han logrado salvar a un 10% de las tortugas que se quedan atrapadas en las redes, explican los veterinarios. El resto, unas cuarenta, han muerto por asfixia al no poder salir a tomar aire. El problema de este año, apuntan, es que son tres las almadrabas que se han instalado en la bahía sur, de manera casi continuada. A la que hay que sumar una cuarta, en la misma bahía, pero en aguas de Marruecos. Una situación que ha llevado a que en un mes mueran la misma cantidad de tortugas que en todo el año pasado.

Por ello, exigen a la Consejería de Medio Ambiente, Servicios Comunitarios y Barriadas que controle esta situación y limite las redes. Han trasladado también esta petición y sus quejas a la Delegación del Gobierno y al Seprona.
De hecho, la Guardia Civil colabora con ellos y les avisa cuando encuentran a un animal atrapado. Otros buzos como Erica Moreno también han creado una iniciativa ciudadana de recogida de firmas en la plataforma http://www.avaaz.org. Necesitan recoger firmas suficientes para llevar esta queja al Consejo Europeo. “El año pasado con dos almadrabas en funcionamiento, murieron tortugas laúd (especie protegida) que quedaron atrapadas y no pudieron escapar y se ahogaron, además de crías de delfines, peces luna y calderones. Este año, con tres almadrabas funcionando, además de la muerte de estos animales, disminuirá la cantidad de especies en la zona, ya que han sido construidas antes de la reproducción”, explican en la queja.

Recuperar animales en La Sirena de Punta Almina
La Sirena de Punta Almina es uno de los sitios que los buzos y veterinarios que se encargan, de manera voluntaria, de recuperar y salvar a los animales que se quedan atrapados en las almadrabas de Ceuta, proponen para realizar estas labores.
Consideran que el espacio sería idóneo para mantener a estos animales mientras los curan antes de volver a echarlos al mar.
La Sirena es propiedad del Ministerio de Defensa y se encuentra vacío desde que en febrero del año pasado, Forja XXI entregara las instalaciones después de rehabilitarlas.
El objetivo era convertir este edificio en un centro de interpretación de la naturaleza y de avistamiento de aves migratorias. Los veterinarios proponen que se ocupe de manera pluridisciplinar, albergando servicios distintos relacionados con los animales. Explican que Defensa estaría dispuesta pero que sería necesario dotarlo de personal de mantenimiento.

La bahía sur es una zona de alimentación y descanso de las tortugas boba (Caretta caretta) y laúd, que proceden de lugares como Miami y Grecia y se paran en Ceuta especialmente durante el verano. Muchas de ellas, sin embargo, no sobreviven porque se quedan atrapadas en las redes de las almadrabas. Por ello, desde La Sirena podrían trabajar, explican los buzos y veterinarios,
por la recuperación de estos animales. Aunque lo fundamental, destacan, es que se controle. Proponen que haya un vigilante “al menos tres o cuatro veces al día” y exigen que este requisito se incluya en los contratos para la instalación de las almadrabas.
Explican que a una tortuga, tras el esfuerzo de intentar liberarse, apenas le llega el oxígeno unas cuatro horas antes de morirse.
Además, estas redes están instaladas a apenas 50 metros de la costa, según explican estos profesionales, que matizan que lo recomendable es que estuvieran “a 200 metros como mínimo”. Los veterinarios presentarán un informe a ‘Ecologistas en Acción’ para que intervengan y se logre salvar a estas tortugas. Aseguran que están dispuestos a llevar esta protesta “hasta sus últimas consecuencias”, con el objetivo de salvar la vida de estos animales que, además, son especies que se encuentran en peligro de extinción.


Información publicada en El Pueblo de Ceuta