Quercetina, qué es, cuáles son sus propiedades y cómo introducirla en nuestra dieta


Foto: Qrónica.



La cebolla, la piel de manzana, el ajo o el brócoli son algunos alimentos ricos en Quercetina, un antioxidante flavonoide que ayuda a frenar el envejecimiento de nuestras células y a prevenir enfermedades como el arteriosclerosis, la hipertensión o el alzheimer.

La ciencia ha demostrado -y así lo aseguran los nutricionistas y sanitarios- que los antioxidantes son nutrientes esenciales para nuestro organismo. Su importancia se debe a que son los responsables directos de reducir las consecuencias negativas de los tan nombrados radicales libres. Los radicales libres son un tipo de molécula inestable que se elabora durante el metabolismo normal de las células, provocando cambios químicos que ocurren en una célula. Para prevenirlos son esenciales, como decíamos, los antioxidantes ya que actúan sobre nuestro sistema celular.

¿Y cómo conseguir aumentar nuestros antioxidantes para prevenir así los radicales libres? Principalmente con una buena alimentación, que sea equilibrada, de proximidad, y que sea rica en este tipo de nutrientes.

Uno de los nutritienes más importantes en este sentido es la Quercetina, un antioxidante flavonoide que se encuentra en una gran variedad de vegetales como la cebolla, el ajo, en la piel de las manzanas, el vino o el té verde. De hecho en la cebolla es probablemente donde más quercetina encontramos. Siempre se ha hablado de los múltiples beneficios de la cebolla, tanto para procesos respiratorios como para prevenir el envejecimiento de nuestras céluldas y actuar en procesos infecciosos. Pues estos beneficios se deben principalmente a ser rica en quercetina.  

Con el ajo, que ya sabemos que es un antibiótico natural, sucede lo mismo. Un diente de ajo al día en crudo te evitará gripes y resfriados durante todo el invierno.

En cuanto a las frutas, además de en la piel de las manzanas, también encontramos este nutriente en las uvas, las peras, el mango, la grosella, el arándano y las cerezas.

La avena, que es un cereal también con grandes propiedades e ideal para introducir en nuestros desayunos, es uno de los cereales más ricos en quercetina que existen, además de ser uno de los alimentos nutricionalmente más completos.

Espinacas, hojas de onagra, las coles, las coles de Bruselas, el brócoli, la aronia, las endivias, el perejil, el ginkgo biloba o los guisantes son algunos otros alimentos que también poseen quercetina.

Sin embargo, si nuestro consumo de quercetina no es suficiente, siempre podemos suplementar con complementos de quercetina que nos garanticen la dosis diaria necesaria.  

Más propiedades

Además de su gran función antioxidante, la quercetina posee propiedades analgésicas, antiagregantes, vasodilatadoras, antiartríticas, antibacterianas, antigripales, antiinflamatorias, antiespasmódicas, antiulcéricas, hepatoprotectoras, antidiabéticas, antiasmáticas, antiherpéticas, y un largo etcétera.

Ayuda a nuestro sistema cardiovascular en la prevención de enfermedades como la arteriosclerosis, la hipertensión, la angina de pecho, trobosis. Mantiene controlado el colesterol y mejora la fluidez de la sangre. También es recomendable para prevenir la diabetes y previene tumores malignos, especialmente los de mama, ovarios, próstata, pulmón y vesícula.

En ese sentido, muchos investigadores están estudiando este nutriente en la lucha contra el cáncer, ya que se ha demostrado que puede ayudar a ralentizar los procesos de crecimiento de las células cancerígenas.

También se está investigando en otras enfermedades como el alzheimer, por sus beneficios en las enfermedades degenerativas.

Por último, más allá de su aplicación directa en la prevención de enfermedades, también es muy recomendable su consumo para los deportistas, ya que potencia el rendimiento físico.